jueves, 9 de abril de 2009

La batalla Epica

Tarda, pasan años, pero al final llega ese momento en que me haces sentir como un tonto, la misma historia de siempre, tu me empujas a hacerte caso y yo como zombi me dirijo a donde me guías, y el otro tonto de tu amigo, el de mas arriba, el que nos controla a ambos se encarga del trabajo sucio, tu primero te abres y el termina de convencerme de que me exponga, y me dibuja fotos de colores y a ti te hace bailar en todas las direcciones. No niego que lo disfruto a veces y que la recompensa es como una lluvia de miel, pero eso no implica que el precio que me haces pagar no sea alto, tu llegas y señalas la que mas te guste y yo pago el precio, y si llega el momento de dolor eres el primero en esconderte y te abrazas a una costilla y me pides perdón, pero la próxima vez, si hay alguna próxima, te juro que me la pagaras, no tengo miedo de llevarte a una tribu Inca y sacrificarte a los Dioses, o venderte a san Valentín para que te coloquen como adorno de tienda de abarrotes o caja de bombones, sea quien sea que quiera pagar algo por ti aceptare el pago, y luego con lo ganado comprare una botella de vino barato y lo tomare hasta quemar parte de nuestro amigo de mas arriba y jugar a su juego de engaño, y disfrutare ese momento en que el vino me haga creer que se puede vivir sin cerebro ni corazón.

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