miércoles, 11 de marzo de 2009

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Que la inquisicion me haga comer cerdo o los nazis quemen mis libros no me hace temblar en consecuencias sensoriales, yo soy yo y quien quiera sembrarme en un altar de sacrificio con el fin de sacar de mi lengua las cosas que sus oidos quieren oir, solo reforzara la empresa de redencion que hay en mi ante la humanidad.

¨Me retracto de lo que acabo de decir¨…esa podria ser mi arma de defensa ante mis verdugos, podria regalarles un ramo de palabras que quieran oir, y reirme por dentro de lo penoso que es la auto complacencia humana.

Pero podria funcionar auto absolverme con actos y palabras, ir a la iglesia el domingo, decir lo correcto, no oler la comida, peinarme, y privar a alguna mujer de lo que quiero decirle para expresar que es para mi mas que media hora de instinto animal, aun hombre no se le permiten cursilerias.

Me empieza a gustar lo de vivir esa vida, es segura, estable, no hay ruido, y me permite jugar en el mismo equipo que los que me tildaban de irreverente, de cerca se ven mas debiles, mas ingenios, los pobres, la pena me hara volver a ser yo para ayudarlos a defenderse de si mismos.

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